martes, 5 de junio de 2012


 UNA TARDE DE ABRIL

He pensado tanto en esa tarde de abril donde
nuestras pieles consumidas en una ardiente llamarada
se fundieron en una sola para dar paso a una pasión
casi épica.
No se como decirlo pero fue tanto el afán de vivir y
sentir el amor que no dudamos en consumir el
combustible de nuestra antorcha en un solo atardecer
para jamás poder regresar a ese nivel.
Lamento haber desgastado la ilusión y el deseo
sin medida alguna.
Ahora ni los detalles los recuerdo, pues mi mente nublada
por el deseo borro casi todo.
Ahora quiero recordar aquel día de abril para
saber por que mi cuerpo quedo tan satisfecho como para no querer repetir.

No hay comentarios:

Publicar un comentario